TIC-TAC
El sonido de
un reloj en casa se vuelve inapreciable
cuando ésta
está arropando vidas que, protege
de un mundo
adverso al universo tan particular
que existe
en su interior.
Con el paso
de ese inapreciable sonido temporal
la casa va
perdiendo gente y acumulando más tiempo
de
reflexión, horas de decrepitud aunando recuerdos
que evocar
entre el ruidoso sonido de un tic-tac,
y una mente
con voz propia que se va apoderando de ti.
Así, es como
esperas que el tiempo se calle,
que deje de
acusarte por tu existencia,
por todo lo
que maldices mientras continúas aquí
cuando otros
ya se fueron.
Autor: José Sánchez Llamas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario