LA VIDA DE MIS MANOS
Te di la
vida de mis manos aferradas la esperanza
de que se
fundiesen con tu piel en una delicada
colisión
sutilmente devastadora, y mis labios poseían
la
insaciable sed de tu boca, el irreemplazable
instinto de
besarte ardía en mi lengua
como lava
descontrolada en plena erupción
de éxtasis.
Mi cuerpo te
espera impaciente, con la torpe prisa
de recibir
el tuyo, porque quiero devorarte a caricias,
desgarrarte
a besos, abrasarme con el calor de tu fuego,
hasta
consumir la carne que viste mis huesos, para desnudar
mi alma y sentir la tuya.
Autor: José Sánchez Llamas.
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