EL HOMBRE QUE FUI
Acechado por el
cuervo y su pesadilla
el pánico se apoderó
de mí
con la alargada
sombra siniestra
que recorría la noche
tras de mí,
arrastrándose a mi
paso
como la cadena silenciosa
de un espectro
que muestra la
realidad funesta
todo aquello en lo
que me había convertido.
Intenté huir de aquel
destino,
de sus heraldos
decapitados
que auguraban mi
tragedia,
y apelé al poco valor
que me quedaba
escondido donde los
dientes pueden más que la carne,
donde el coraje guarda
el sabor de mi propia sangre.
Así pude mirar al
vacío que la muerte guarda
en sus ojos, mientras
porta su guadaña,
y desafiarla sin más
armas
que las ruinas de
aquel hombre que fui.
Autor: José Sánchez Llamas.
Acechado por el cuervo y su pesadilla
ResponderEliminarel pánico se apoderó de mí
con la alargada sombra siniestra
que recorría la noche tras de mí,
arrastrándose a mi paso
como la cadena silenciosa de un espectro
que muestra la realidad funesta
todo aquello en lo que me había convertido.