SÓLO SOMOS HOJAS DE UN OTOÑO
Sólo somos
testigos perecederos del mundo que destruimos.
Ésa fue
nuestra evolución involutiva,
nuestro
instinto innato por aniquilar lo verdaderamente
bello de la
vida.
Parece, que
sabedores de nuestro breve paso por la tierra,
intentemos
llevarnos con nosotros aquello que nos ayudó
a prolongar
nuestro tiempo con fecha de caducidad.
Somos hojas
de un otoño, y nuestro árbol es la tierra,
abandonémoslo
sin destruirlo, con la tranquilidad
de dejar
paso, a que nuevas hojas puedan habitar en él.
Autor: José Sánchez Llamas.
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