ASCUAS Y RESCOLDOS
Cuando se apaga un
fuego continúan candentes
sus cenizas como los
recuerdos
de una combustión próxima.
Sucede lo mismo con
el amor
al reunir en el pecho
un caos,
casuísticamente
cáustico,
que manifiesta su
deflagración
en forma de
taquicardias cotidianas
en busca de una
reacción corporal
a algo tan puramente
sentimental.
Es imposible apagar
un amor
de forma instantánea
porque,
siempre, quedarán
ascuas y rescoldos,
y cuando no exista
ese fuego,
los recuerdos se convertirán
en aquellas cenizas
que marcarán
el matiz de cada
cicatriz.
Autor: José Sánchez Llamas.
Cuando se apaga un fuego continúan candentes
ResponderEliminarsus cenizas como los recuerdos
de una combustión próxima.