LA VERDAD DE MIS SOLEDADES
Lo verdaderamente,
triste, de la soledad
es saber que, en
realidad, se está solo.
Es, tremendamente,
duro aceptarlo,
asumir que la piel
jamás volverá a encontrar
el tacto de otras
manos, que nuestros labios
serán un obituario de
besos,
que nuestra voz ya no
volverá a temblar
por los nervios
cuando pronuncie otro nombre.
Lo duro de amar es no
es perder batallas,
es entregar la guerra
y asumir su derrota,
vivir en el exilio de
otro cuerpo,
y ser un prisionero
torturado al saber
que otras manos se
deslizan por esa piel.
Es jodido hablar de
la soledad de mis soledades,
de ese conjunto
triste y ausente que, por momentos,
me hace sentir tan
vacío, en mitad de un abismo,
en caída libre por su
infinito precipicio,
sin respuesta ni
auxilio para la señal latente
de mi pecho que te
busca entre tinieblas.
Lo jodido de estar
tan jodido
es saber que no
vendrás y, sin embargo,
sin saber por qué,
todavía,
te espero…
Hasta que el corazón
cese de emitir palpitantes señales,
hasta que mi cuerpo
deje de sentir la vida
que me da estas ganas
de amarte.
Lo jodido de estar tan jodido
ResponderEliminares saber que no vendrás y, sin embargo,
sin saber por qué, todavía,
te espero…