SEDIENTO DE TU DESTINO
A veces, uno escribe
para devolver la vista
a esos amantes
ciegos, para darle voz
a lo que grita el
pecho, para buscar
esa caricia en la
piel que sólo las palabras
recorren como un
abrazo necesitado,
como un manto de
comprensión y ayuda.
A veces, creo que te
muestro demasiado de mí
cuando busco aliviar
esa parte tuya
que siempre me busca,
silenciosamente traviesa,
esperando noticias de
mi destierro…
y sin embargo, sigo
aquí…
entregado al folio frío
y blanco con los labios
colmados de ausencia encarcelando
toda la poesía de mis
besos en cada verso,
prisionero de mi
exilio…
Todavía, mis manos
guardan calor
para abrigar tu piel,
para vestirla de una caricia lejana
que atraviesa
cualquier frontera…
Continúo ahogando mi
voz aullando tu nombre
para ahuyentar a los
fantasmas que buscan
enloquecer esta
espera con el delirio extremo
de la soledad más
cruel. Aquella, que te rodea
de gente y se hace
sentir calando tus huesos,
corrompiendo esta carne
sedienta de amarte,
de tallar en tu
cuerpo la ruta sobre la que dejar
mis huellas sedientas de
tu destino.
Autor: José Sánchez Llamas.
A veces, uno escribe para devolver la vista
ResponderEliminara esos amantes ciegos, para darle voz
a lo que grita el pecho, para buscar
esa caricia en la piel que sólo las palabras
recorren como un abrazo necesitado,
como un manto de comprensión y ayuda.