DEPONIENDO ARMAS
No sé qué día
descubrí, realmente, que te amaba,
pero la consecuencia
cotidiana de mis ganas
derrotaron a la
voluntad y sublevaron mis sentidos,
y ahora toda causa de
este efecto
lleva una única
dirección inquebrantable,
la tuya…
Sólo puedo dedicarte
el éxito de mi fracaso,
entregarme a ti y
aceptar mi derrota,
deponiendo las armas
que nunca llevé,
asumiendo las
consecuencias de todos mis actos,
de todos y cada uno
de los poemas que rompo
y te escribo
inspirado por la fe de aquel
que no se rinde nunca
y, todavía,
te espera.
Autor. José Sánchez Llamas.
No sé qué día descubrí, realmente, que te amaba
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