UNOS NOMBRES QUE OLVIDAR DESPUÉS
Sólo fui ese arrebato
loco que me llevó
a levantar tu falda.
Ese impulso tempestuoso
que abrasó la carne,
liberando mi prohibido infierno,
y dando paso a la
sucia voluntad de mis demonios.
En ese estado de
demencia me dejé llevar,
convirtiéndome en una
marioneta del éxtasis
que me produjo
acariciar tu piel, y adentrarme
en el paraíso
prohibido de tus fantasías infinitas.
Sólo fuimos dos
amantes con un momento que recordar,
y unos nombres que
olvidar después.
Autor: José Sánchez Llamas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario