UNA PERFECTA TEMPESTAD DE FUEGO Y FURIA.
Agazapado,
entre las paredes del miedo
aguarda, en
silencio, el dolor presente,
sospechoso
habitual de mi rutina cotidiana.
En aquella
conjura de mis peores demonios,
acecha, la
insaciable voz que alienta la sed
de tormento
y rabia que azota mi alma
en una
perfecta tempestad de fuego y furia.
Pero afuera,
sólo llueve, cuando estoy a solas conmigo,
cuando me
maldigo y derrumbo
por no ser
lo suficientemente fuerte para tomar impulso,
levantarme y
seguir combatiendo contra mi peor enemigo:
Contra mí
mismo.
Autor: José Sánchez Llamas.
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