ME GUSTA PENSAR QUE CONTINÚAS AQUÍ
Suelo pensar que a
Dios no le importo porque
siempre me arrebata a
la gente que me importa,
como la realidad de
una eterna pesadilla cotidiana
que va acuchillando
mi vida y de su herida
solo brota una
soledad melancólica. Sin embargo,
me gusta pensar que continúas
aquí, que sigo
con los ojos cerrados
y con el temor de abrirlos
y no encontrarte
entre tanta oscuridad.
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