DOS SOMBRAS
Quizás, sólo fuimos
dos sombras en mitad de una noche,
perdidas en la
inquieta tiniebla de su madrugada,
pero en mitad de esa
oscuridad y de la alegría inerte
de mi tristeza, sabía
que estábamos viviendo
un instante precioso,
porque pese a estar vestidos
se desnudaba el alma
y nos mostramos
con la fragilidad de
nuestras inseguridades
y la satisfacción de
habernos encontrado
en este cruce de
caminos que es la vida.
Autor: José Sánchez Llamas.
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