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domingo, 13 de noviembre de 2016

TÚ, ERES LA DESTINTARIA DE ESTA CARTA

TÚ, ERES LA DESTINTARIA DE ESTA CARTA

Me duele tener que decirte mediante estas letras
lo mucho que te extraño... tal vez, suavicé demasiado
el término al expresarme y decirte que "te extraño"
cuando la realidad, tú y yo, sabemos que es otra,
pero no quería ahuyentarte al inicio.
Tal vez, ahora si pueda decir, en el segundo párrafo,
con libertad, todo lo que siento por ti,
tras haber guardado el rigor expresivo en el primer párrafo,
y comportarme como un caballero, pero ahora mismo,
la caballerosidad no me importa nada si no puedo tenerla contigo,
aunque, ya, hayas pervertido la compostura de mis modales,
y la mesura de mis labios al decirte la verdad de lo que
siempre me has hecho sentir.
Lo cierto es que todavía TE AMO... sí, lo puse en mayúsculas
para que no quedasen dudas visuales de la manifestación
sentimental que argumenta y acompaña toda esta carta.
Creo que no lo pude decir más alto o más claro,
a la hora de hablar de la certeza cotidiana de mis latidos,
porque tu piel manifiesta su ausencia en mi piel,
te deseo tanto que el recuerdo de tu nombre
libera la voracidad de mi instinto animal, y me lleva
a seguir el rastro que deja tu ausencia,
deteniéndome en cada recuerdo, para saborear
ese tiempo que tuvimos.
Siento no encontrar otro modo de hacerte llegar
este mensaje desesperado, que te escribo
acompañado por tu silencio... es cuanto me queda,
porque al marcharte, te lo llevaste todo menos tu silencio,
y he aprendido este tiempo a convivir con él,
aunque me sigue costando traducir su mudo lenguaje,
en ocasiones, pero lo cierto es que no puedo
soñar otra noche más sin ti, no logro adaptarme
a este vacío en el que danzan las horas celebrando
los resultados de su tortura sobre mi cuerpo,
pero les doy batalla aferrado a un cuaderno,
sobre el que escribir ideas que logren
llegar y conectar con esa parte de ti
que todavía me recuerda a gritos
que tus labios silencian.
Sé que no me has olvidado, aunque te hayas alejado,
porque el hecho de que ahora mismo me estás leyendo
demuestra que la parte de ti, de la que te hablé antes,
sigue viva y continúa latiendo, sintiendo y reconociéndose
en esta carta apasionada de alguien que todavía
se considera lo suficientemente romántico
como para seguir esperándote.


Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. te deseo tanto que el recuerdo de tu nombre
    libera la voracidad de mi instinto animal, y me lleva
    a seguir el rastro que deja tu ausencia
    deteniéndome en cada recuerdo para saborear
    ese tiempo que tuvimos.

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