TÚ, ERES LA DESTINTARIA DE ESTA CARTA
Me duele tener que
decirte mediante estas letras
lo mucho que te
extraño... tal vez, suavicé demasiado
el término al
expresarme y decirte que "te extraño"
cuando la realidad,
tú y yo, sabemos que es otra,
pero no quería ahuyentarte
al inicio.
Tal vez, ahora si
pueda decir, en el segundo párrafo,
con libertad, todo lo
que siento por ti,
tras haber guardado
el rigor expresivo en el primer párrafo,
y comportarme como un
caballero, pero ahora mismo,
la caballerosidad no
me importa nada si no puedo tenerla contigo,
aunque, ya, hayas
pervertido la compostura de mis modales,
y la mesura de mis
labios al decirte la verdad de lo que
siempre me has hecho
sentir.
Lo cierto es que
todavía TE AMO... sí, lo puse en mayúsculas
para que no quedasen
dudas visuales de la manifestación
sentimental que argumenta
y acompaña toda esta carta.
Creo que no lo pude
decir más alto o más claro,
a la hora de hablar
de la certeza cotidiana de mis latidos,
porque tu piel
manifiesta su ausencia en mi piel,
te deseo tanto que el
recuerdo de tu nombre
libera la voracidad
de mi instinto animal, y me lleva
a seguir el rastro
que deja tu ausencia,
deteniéndome en cada
recuerdo, para saborear
ese tiempo que
tuvimos.
Siento no encontrar
otro modo de hacerte llegar
este mensaje
desesperado, que te escribo
acompañado por tu
silencio... es cuanto me queda,
porque al marcharte,
te lo llevaste todo menos tu silencio,
y he aprendido este
tiempo a convivir con él,
aunque me sigue
costando traducir su mudo lenguaje,
en ocasiones, pero lo
cierto es que no puedo
soñar otra noche más
sin ti, no logro adaptarme
a este vacío en el que danzan las horas celebrando
los resultados de su
tortura sobre mi cuerpo,
pero les doy batalla
aferrado a un cuaderno,
sobre el que escribir
ideas que logren
llegar y conectar con
esa parte de ti
que todavía me
recuerda a gritos
que tus labios
silencian.
Sé que no me has
olvidado, aunque te hayas alejado,
porque el hecho de
que ahora mismo me estás leyendo
demuestra que la
parte de ti, de la que te hablé antes,
sigue viva y
continúa latiendo, sintiendo y reconociéndose
en esta carta
apasionada de alguien que todavía
se considera lo
suficientemente romántico
como para seguir
esperándote.
Autor: José Sánchez Llamas.
te deseo tanto que el recuerdo de tu nombre
ResponderEliminarlibera la voracidad de mi instinto animal, y me lleva
a seguir el rastro que deja tu ausencia
deteniéndome en cada recuerdo para saborear
ese tiempo que tuvimos.