A PESAR DE LOS AÑOS
¿Cuánto tiempo
llevamos encontrándonos aquí?
En una página
adornada con la tinta de mi sangre
que silencia mis
labios y, sin embargo, habla por mí
para hablar de ti y
conseguir esa conexión mágica
que hace imposible a
tu mirada conectar
con el mundo que te
rodea, y centrar tu atención
en mí... bueno, mejor
dicho en nosotros,
en esa relación tan
mágica como desconocida
que une a dos
extraños familiarmente conocidos
cuando tus ojos
traducen nuestro peculiar idioma.
¿cuántas veces esa
voz de tu mirada te ha hecho soñar,
por un instante,
construyendo esa escena que narro hablando por ti?
Quizás, intentes
inventarme como te sueño, y vivas
prendada de una
frase, por una historia o, tal vez,
por conocer qué
escribí ese día.
A veces, es cierto
que intento construir, mentalmente,
esa imagen tuya
frente mí, representado por este folio,
y juego a adivinar los
gestos de tu rostro
al llegar a algunas
partes del texto.
Admito que, muchas
veces, el escribir es, simplemente,
un pretexto para encontrarme
contigo, y se convierte
en la mejor de las
excusas posibles para conocer
tu reacción, o la
ausencia de la misma, y eso me denota
ciertas nociones para
encaminar futuros textos.
Quizás, deberías
olvidar el anterior párrafo,
porque la realidad
ambos sabemos que es otra...
Te escribo a ti y a
tu ausencia en mitad de nuestro silencio
unidos, únicamente,
por la fragilidad de un folio
que separa tu lado
del mío, como una frontera
inexpugnable, a pesar
de ser tan inconsistente,
pero sirve para
hacerte saber lo que pienso
aunque, por desgracia,
a este lado del folio
lleguen tan pocas
noticias tuyas.
Sé que en alguna
ocasión remota marcaste
tu lado con una
lágrima, también sé que, otras veces,
tus labios
acariciaron la voz de mis palabras con un beso
que no diste al papel
aunque no te faltaran ganas
de marcar con tus
labios la voz con la que me imaginas
al contarte todo
eso.
Sé que, por supuesto,
otras veces, me has odiado
y tachado de loco al
leerme, pero fue un pensamiento
pasajero, porque
sigues aquí, después de mil historias,
después de mil
inventos y fracasos de dudoso éxito,
pero la verdad, es
que continúas aquí, conmigo,
a pesar del tiempo, y
del eterno monólogo
que acabo de
soltar... lo sé, a veces, soy muy pesado,
pero no lo suficiente
para espantarte, ni ahuyentarte,
porque sigues aquí,
atenta como siempre,
por si alguna vez me
equivoco y tengo algo que corregir
por culpa de mis
prisas para escribirte,
para encontrarme
contigo, y que tus ojos se encuentren
con mis palabras,
porque si, tú, no siguieras ahí,
el hecho de escribir
no tendría ningún sentido.
Autor: José Sánchez Llamas.
¿Cuánto tiempo llevamos encontrándonos aquí?
ResponderEliminarPreciosas palabras. Precioso sentimiento.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el comentario, y la paciencia con la lectura. Un saludo :)
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