DESDE EL BRAMIDO DE LA TORMENTA
Éste no es otro poema
de amor cualquiera,
es algo más que un
Romeo hablando de su Julieta,
pero no quisiera
hacer de esto otra balada triste
de un Tristán
buscando a su Isolda,
porque a lo largo del
tiempo, la literatura
nos ha dado ejemplos de
cómo debemos amarnos,
pero, tú y yo,
inventamos nuestras propias reglas,
hicimos más personal
y propio verdadero significado
de esa palabra que
tanto miedo tenemos a repetir,
y que nuestros labios
silencian sepultando su voz
con los escombros que
deja el tiempo.
Desde sus ruinas te
escribo, apelando a tus recuerdos
de aquello que
solíamos ser cuando estábamos juntos,
pero no le pongamos
nombre a la causa de una casualidad
que nos encontramos
en mitad del pecho,
y que cuando todos
callan repite tu nombre
como una señal de auxilio
desde el bramido de la tormenta.
Éste no es otro poema de amor cualquiera
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