A TI, PRECISAMENTE, A TI
A ti, precisamente, a
ti...
te elijo como lectora
habitual
de mis confesadas confidencias,
como compañera
de un breve rato de
lectura.
Espero que no te haya
sonado mal, aquello de que sea, yo,
quién te elija a ti,
y no tú quien me escojas a mí, pero
lo cierto es que en
muchas ocasiones he escrito
para intentar que se
desvanezca aquello que, tanto,
te atormenta...
No sé, si logro
alejar tus miedos, pero por lo menos
lo intento, y en este
preciso momento, estoy pensando en ti,
en la forma de
aliviar este rato en el que nos encontramos,
en el que, yo, elijo
el modo y la pauta a seguir y, tú,
decides si te quedas
o no, pero creo que terminarás
quedándote como
siempre...
intentando averiguar
el modo en el que voy a intentar
sorprenderte, aunque
no lo consiga en la mayoría de las veces,
pero lo cierto es que
ya comenzamos a conocernos, a través
de estos encuentros
furtivamente fortuitos.
Supongo que estamos
teniendo una cita,
pero ésta no es otra
cita como las anteriores...
Hoy, sólo quiero que
sepas que yo, también, pienso en ti,
y me intento poner en
tu lugar cada día,
para agradecerte y
valorar más tus instantes de ocio y,
dentro de ese ocio,
el tiempo que me dedicas.
Quiero que sepas que,
en realidad,
ME IMPORTAS Y VALORO
TU COMPAÑÍA,
sin ella, yo, no soy
nada, ni podría dedicarme
a intentar buscar un
modo agradable
y confortante, para
que te sientas bien
el tiempo que decides
dedicarme.
GRACIAS POR DEJARME
SER
LO QUE SOY CONTIGO.
Autor. José Sánchez Llamas.
A ti, precisamente, a ti...
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