ÁNGEL CAÍDO
Arranqué las alas de
mi espalda
para ser el diablo de
tus perversiones.
Dejé de volar y
conquistar a las nubes
para pasear de tu
mano...
Al conocerte me fui convirtiendo
cada vez más en
humano,
y ahora nuestros
labios son el lecho
de los besos, el lugar
donde yacen
las caricias furtivas
de nuestras bocas.
No puedo odiarte
porque sé que olvidarte
es la utopía de mis
recuerdos,
y envenenado de amor,
pasión y deseo
te busco en cada
recodo prohibido de mi mente.
Cuando te encuentro
soy frágil ante tu carne
y caigo en nuestro
infierno de inconsciencia y lujuria,
nos escondemos de un
paraíso que nos rechaza
para amarnos alejados
del mundo, pero ahora sé
que amarte no es un
tabú, porque tú,
eres la dueña de mi carne y
mis locuras,
y la poesía de mis caricias.
y la poesía de mis caricias.
Autor: José Sánchez Llamas.
Arranqué las alas de mi espalda
ResponderEliminarpara ser el diablo de tus perversiones.