LA CARACOLA
Recordaba la caracola
el sonido del mar en su vacío,
y el eco del viento
trajo su lamento errante a tu oído.
En serena calma de la
tarde fueron rompiendo
las olas imaginarias
contra los arrecifes de tu ilusión
añorando aquel mar,
sintiendo aquellas olas,
cerrando tus ojos
para ver acercarse la marea
a la orilla junto a
tus pies descalzos...
Sólo fui un testigo
mudo más de tu esperanza,
sonreí al verte feliz
y contemplar como el sol descendía
para reflejarse en tu
pelo, y tu sonrisa ciega
inundó mi alma de
felicidad ajena.
En ese instante fui
sintiendo como me iba enamorando de ti,
podía sentir como se
ensanchaba mi pecho para guardar
tu nombre y tu
sonrisa entre los mejores recuerdos de mi vida.
Autor: José Sánchez Llamas.
Sólo fui un testigo mudo más de tu esperanza,
ResponderEliminarsonreí al verte feliz y contemplar como el sol descendía
para reflejarse en tu pelo, y tu sonrisa ciega
inundó mi alma de felicidad ajena.