LA FRECUENTE RECURRENCIA DE UN SUSPIRO
Cohabitamos en la
frecuente recurrencia de un suspiro,
y su eterna
fragilidad efímera que surca
la invisible
distancia que separa nuestros labios,
dejando una estela
pintada de añoranza permanente
que nos hace extrañarnos
a base de recordar.
Guardo confinados los
besos que te adeuda mi piel
en la cárcel de mi
boca, donde ya no caben
las palabras que
describen este sentimiento,
y de donde, siempre,
al pensarte en el recuento
diario y nocturno de
mi memoria
siempre se escapa algún
suspiro.
Autor: José Sánchez Llamas.
Cohabitamos en la frecuente recurrencia de un suspiro
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