VÍCTIMAS INOCENTES DE LO CARNAL
Salí a la calle y
vencí el miedo a olvidarte
embriagado por el
perfume de otros cuerpos
sedientos de ser
amados como el mío.
Vagando por las
oscuras entrañas de la ciudad
encontré gente
escondida que se amaban sin pudor
ni el posterior
rencor de los celos,
cuerpos que se estremecían
al contacto de cada gota
de sudor que
descendía por su piel,
efímeros soñadores
reales que viven su momento
más íntimo
acompañados por el deseo ocasional del instante
preciso y las ganas
adecuadas de satisfacerse mutuamente
sabiendo que
entregamos para recibir nuestro don más secreto,
nuestro pensamiento
más recóndito...
Manos que se
entrelazan, suspiros que se escapan,
gemidos silenciosos
que sollozan a la noche
aullando su delirio
como dos animales en celo...
Somos dos víctimas
inocentes de lo carnal,
huérfanos desterrados
de los sentimental,
dos amantes anónimos que pronto olvidarán
que se conocieron y
se amaron hasta
saciarse el uno de
otro,
y juntos guardaremos
la flor de nuestro secreto,
el fuego que un día
avivamos,
tú en mi cuerpo y yo
en tuyo
mientras aún nos
quede tiempo para el recuerdo
de esta inolvidable
noche olvidada
escrita en estas
letras con sangre
y tatuadas en mi
corazón con cada latido.
juntos guardaremos la flor de nuestro secreto,
ResponderEliminarel fuego que un día avivamos,
tú en mi cuerpo y yo en tuyo
mientras aún nos quede tiempo para recuerdo
de esta inolvidable noche olvidada
escrita en estas letras con sangre
y tatuadas en mi corazón con cada latido.