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domingo, 27 de julio de 2014

REY TABÚ

REY TABÚ

Fue el delirio de una noche lo que me llevó hasta ti,
siguiendo el eco de aquel grito pronunciado y silencioso,
que viajaba con el humo de tu último cigarrillo,
y mis manos vistieron tu cuerpo de caricias
desnudando tu piel, y recorriendo cada recodo
donde se oculta el placer erógeno del deseo.
Até tus manos con mi corbata para privar
a las yemas de tus dedos de tacto,
y quise dominar el juego tapando tus ojos
con un negro antifaz para privarte de uno de tus sentidos
y acentuar otros...
Víctima de mi lujuriosa obsesión comencé a recorrer tu cuerpo
con mi lengua para que se conociesen mi gusto y tu tacto,
para entrelazarlos en una mezcla subliminal de sentidos,
y pude sentir, así, como se fugaban de tus labios
los primeros suspiros...
Posteriormente, comencé a lamer tu cuello,
y mis besos y mordiscos se convirtieron
en los compañeros de mi lengua,
para después sellar tus suspiros con mis labios
fundiéndonos en un dichoso beso pasional.
Quise continuar el juego fustigando suavemente tu trasero,
dejando que fusta dibujase con su caricia el perfil de tus labios,
el contorno de tus pechos,
y luego se centrase en el de tus pezones...
Quise dotar a la fusta de mi tacto,
y comencé a recorrer con ella tu cuerpo
en una caricia inesperada que finalizaría en azote
según mi antojo...
Después me mostraba compasivo
lamiendo y besando la zona afectada,
y comenzabas a gemir...
sacando tu naturaleza más instintiva e intuitiva,
tratando de adivinar mi siguiente movimiento con tus sentidos,
y volví a jugar al despiste...
desorientando los sentidos de los que no te había privado,
vertiendo sobre tu cuerpo con un pincel de pluma
olorosa vainilla y canela, dibujando cada caricia...
marcando el camino que, posteriormente,
recorrería mi lengua sin prisa y con deleite.
Y comencé a notar tu lubricado y fluido aroma a mojada,
que se extendía por toda la zona de tus caderas,
penetrando intensamente en mi nariz
mientras te saboreaba mi boca y te devoraban mis dientes,
a base de pequeños mordisquitos.
Posteriormente, te arrebaté tu tanga sin hacer uso de mis manos
agarrándolo con los dientes y deslizándolo suavemente
por tus piernas en una caída en picado contra tus tobillos,
lo quité, y quise que sintieras tu olor tan propio como excitante,
uniéndote a mí en esta bacanal orgía del olfato.
Después quise probar, saborear y descubrir
los secretos que guarda tu entrepierna,
en este éxtasis de controlada locura descontrolada,
que envuelve nuestros cuerpos convirtiéndonos
en marionetas de nuestras ocultas fantasías.
Seguí jugando contigo mientras, tú, jugabas a sentirme,
y desaté tus manos que se precipitaron contra mí
hundiendo mi cabeza, todavía más, entre tus piernas,
apretando tus muslos contra ella para no dejarla escapar,
asfixiando mi aire y llenándolo de ti,
para después, hacerte todavía un poquito más mía
 uniendo nuestros sexos en un rompecabezas perfecto
de dos piezas que intentan desencajarse, sin éxito,
hasta llegar al orgasmo.
Así, dominé tu cuerpo y el juego,
mientras, tú, te convertías en mi esclava más sumisa.


Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. Así, dominé tu cuerpo y el juego,
    mientras, tú, te convertías en mi esclava más sumisa.

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