LA MEMORIA DE UNA GOTA
Llueve...
Y termino como un
loco, acariciándote,
sintiendo como se
deslizan tus caricias entre mis dedos,
empapándome contigo y
de ti
en este baño de
sensaciones que limpia su adiós.
Y te miro sin que me
veas,
mientras te marco el
camino a recorrer de mi cuerpo,
para que te deslices
suave...
para que corras...
para que pienses qué
se siente,
y para pensar en si
será capaz de recordarme
la memoria de cada
gota.
Llueve...
Y ya no la siento...
Me olvidó en su adiós,
y yo quedé como un loco más
que se pierde en el
deleite
de acariciar la
lluvia mojada que baña mi piel
en esta noche sin
estrellas ni luna,
ni ningún testigo de
mi locura más que la lluvia
que cubre mi cuerpo,
como antes lo
hicieron sus caricias.
Llueve...
ResponderEliminarY termino como un loco, acariciándote,
sintiendo como se deslizan tus caricias entre mis dedos,
empapándome contigo y de ti
en este baño de sensaciones que limpia su adiós.