LUCIFER
Desde tu rinconcito
de oscuridad
increpabas al cielo
con la voz del infierno,
y sumida en tu cueva
ibas arrebatando
las almas yacientes y
confundidas,
mientras saciabas tu
sed de venganza y sangre.
Y tus alas negras se
desplegaron
para maldecir tu
desdicha
en aquel momento en
que falleció
tu inmortal devoción
de lo divino.
Y sigues habitando en
cada noche,
y acechando tras el
sol
tratando de encontrar
una debilidad
en la mortalidad del
hombre,
sin saber que su
principal defecto es su virtud,
Por eso, tal vez
adoptes el cuerpo de una mujer,
para que los hombres
nos enamoremos ciegamente
y demos la vida por
ti en cada sueño,
en cada trampa del
corazón...
sucumbiendo a la tentación
de amarte.
Autor: José Sánchez Llamas.
tal vez adoptes el cuerpo de una mujer,
ResponderEliminarpara que los hombres nos enamoremos ciegamente
y demos la vida por ti en cada sueño,
en cada trampa del corazón...
sucumbiendo a la tentación de amarte.