EL REFUGIO QUE TE OFREZCO
Mis brazos siempre
guardan un espacio para ti,
para mecer tu piel
entre un vaivén de olas
de silencio, para
sentir como la potencia
de tus latidos es
capaz de comunicarse conmigo,
en ese preciso
instante, donde tu cuerpo permite
que un abrazo proteja
la frágil sensibilidad
con la que te entregas
al refugio que te ofrezco.
Autor: José Sánchez Llamas.
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