MIL Y UNA RAZONES PARA AMARTE
El corazón es ese
testaferro sin notario
que va marcando en
cada calendario
nuestras asignaturas
pendientes con los sentimientos,
y con nuestra
particular forma de sentirlos
en esta noria que da
vueltas sin parar llamada vida,
donde nunca llegamos
a sentir vértigo
cuando estamos en lo
más alto,
y siempre nos
agobiamos cuando estamos abajo.
La conciencia es
quién reclama nuestras deudas
al corazón, herido,
magullado y desquebrajado
por las mil y una
cicatrices que nos causa la experiencia
con cada lección
diaria en esta jungla de remordimientos y desdichas.
La mente es quien
razona con nuestra conciencia
para dotar de sentido
a esta sin razón
que acorta nuestra
vidas sumidas en el monótono caos
ordenado de la
rutina.
El pensamiento es lo
que nos hace más humanos,
puros seres
racionales dotados e influenciados
por el azar de esta
ruleta rusa de los sentimientos.
Por eso te amo, porque
despiertas en mi corazón
nuevas ilusiones cada
día,
acallando las voces
de mi conciencia,
y consiguiendo que no
deje de pensar en ti ni un sólo instante,
ni dude de los
motivos por los que te amo,
porque cada uno de
tus gestos son mis mil y una razones
para no dejar de
amarte jamás.
Autor: José Sánchez Llamas.
Por eso te amo, porque despiertas en mi corazón
ResponderEliminarnuevas ilusiones cada día,
acallando las voces de mi conciencia,
y consiguiendo que no deje de pensar en ti ni un sólo instante,
ni dude de los motivos por los que te amo,
porque cada uno de tus gestos son mis mil y una razones
para no dejar de amarte jamás.