INDELEBLE A LA MEMORIA DE LOS AMORES ETERNOS
Mi piel se convirtió en seda para recibir tus
caricias,
tan repetidas y breves,
como la memoria de una gota,
y en su sensible y
sublime contacto trémulo
alcancé mi delirio al
disfrutar, a paso lento,
el recorrido, tan
largo como breve,
que existe entre tu
boca y la mía,
mientras salivaba
para saborear
el inolvidable
momento de nuestro inmortal beso,
indeleble a la
memoria de los amores eternos.
Autor: José Sánchez Llamas.
El amor siempre tiene memoria
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