LA TENTADORA MANZANA DEL DESTINO
Herido de desamor y
agonizando con cada latido
siento alejarse de mí,
lentamente,
mi último aliento de
vida enamorado,
en este cuadro impresionista
y colorista
de este pendenciero
huérfano de batallas,
abandonado por los
bares y tabernas
en los que bebí hasta
jurar que nunca volvería a amarte,
y sin embargo, te pienso
sin esfuerzo
mientras finjo
olvidar que te recuerdo.
Atrás quedaron los
tiempos de pollera y faltriquera
en los que amar era
esa fácil mentira que contar
a cambio de probar el
sabor de otros besos,
por eso te escribo
desde el más profundo dolor
del rencor conmigo
mismo, pues nunca pensé
que terminaría siendo
víctima de mis mentiras.
Así fue como te
conocí...
Reconozco que al
verte la primera vez
sólo pensaba en perderme en los cafetales de
tu piel,
saboreando cada
caricia y sintiendo el aroma intenso
de mi sangre
galopando por mis venas enloquecida
de deseo a cada
latido del corazón
que heriste con una
simple mirada.
Cada vez, y sin saber
por qué, fui necesitando más y más de ti,
hasta comprender que
ya era tarde para no sentir
esta enorme e
insoportable dependencia tuya,
pero ya era tarde,
estaba envenenado de amor,
mi carne estaba
corrompida sin tu tacto
cuando decidiste
alejarte...
Y juro cometiendo
perjuro que te he olvidado,
una y otra vez me repito
la misma farsa
mientras trato de no
derrumbarme cuando encuentro algo tuyo.
Si tú has sido mi
único y último amor
quisiera vivir mil
veces esta vida
simplemente para
volver a conocerte,
para morder esta
tentadora manzana de destino
que me condenó a
enamorarme.
Autor: José Sánchez Llamas.
juro cometiendo perjuro que te he olvidado,
ResponderEliminaruna y otra vez me repito la misma farsa
mientras trato de no derrumbarme cuando encuentro algo tuyo.
Si tú has sido mi único y último amor
quisiera vivir mil veces esta vida
simplemente para volver a conocerte,
para morder esta tentadora manzana de destino
que me condenó a enamorarme.