EL DÍA QUE TE ENCUENTRE
Cuando llegué a la
vida heredé un cuerpo
y una mente por
desarrollar,
y unos sentimientos
por descubrir.
En la fragilidad de
ese ser recién nacido
comenzaron a brotar
emociones
que un bebé descubre
mientras crece
amamantado por el
tiempo,
y destetado por la
realidad.
Y vas creciendo sin
darte cuenta que te haces mayor,
que ganas experiencia
mientras pierdes juventud,
que aprendes a sobrevivir
rectificando errores.
Pero cuando me quise
dar cuenta,
mi juventud saludaba a la adolescencia del
amor,
y me subí a su nube
de sensaciones,
de sentimientos
encontrados...
Descubrí que el amor
cuánto más fuerte es más duele
y me fui haciendo
daño a base de amar,
desgarrando cada
jirón de mi alma a cambio de una mirada,
a cambio de un ideal por
el que morir ebrio de pasión y romanticismo,
convirtiendo un amor
imposible tras otro
en la bandera rebelde
de mi lucha con los días.
Y sin saber el por
qué vas madurando, siendo por dentro aún aquel niño,
todavía conservo esas
ganas de jugar,
de divertirme, y
detener el tiempo,
todavía conservo
aquellas lágrimas de mi adolescencia que no gasté,
y que guardé para que
no me vieran llorar...
cada vez queda menos
de aquella fortaleza,
de esa sensación de
inmortalidad cuando te crees el amo del mundo,
y sin embargo, a
veces, no eres ni el amo de tu propio mundo,
aparece alguien que
hace saltar una chispa
y vuelves a perder la
cabeza
sin explicarte qué te
hace soñar con ella cada noche.
Perdido en la
senectud de tus primeras canas
todavía te sigues
preguntando si aparecerá
aquella que siempre
has esperado,
la misma que
idealizaste en cada verso de cada pretexto escrito
donde soñaste con ese
amor perfecto.
Te despiertas cada
mañana con la esperanza renovada
de encontrarla, de
conocer al fin su rostro,
de saber cómo es su
voz y su sonrisa,
de descubrir su mundo
para conocer el origen el tuyo,
porque mi existencia
comenzará a tener sentido
el día que te
encuentre.
mi existencia comenzará a tener sentido
ResponderEliminarel día que te encuentre.