HACIÉNDOTE EL AMOR ENTRE LÍNEAS
Es cierto que te
estoy haciendo mía mientras te escribo,
mientras deseas ser
la amante del dueño de estas palabras
nacidas de un
calentón momentáneo de excesos y juegos.
Te deseo tanto
amor...
que quiero amarte
aquí y ahora, en estas letras sin censura
en las que mi boca
muere de sed sin la saliva de tus húmedos besos.
Pienso comerte con la
mirada y saborearte con mis manos...
y así, envolver tu
piel bajo la fina capa de mi contacto,
y mis dedos dibujan
una estela de caricias en tu pezón
mientras nos
regalamos nuestro beso más sucio,
aquel capaz de
encender el morbo y abrasar con sus llamas al otro.
Mi piel continúa su
viaje de los sentidos por tu piel
y sigue descendiendo,
y desnudándote para mí...
Puedo acariciar en el siguiente
contacto la suavidad de tu tanga
cuando se deslizan resbalándose
las yemas de mis dedos
por debajo de tu
ombligo, y comienzan a empaparse...
entremezclando sudor
y una lubricada emoción ansiosa por amar.
Comienzo a
embriagarme con el aroma de tu sexo a sexo
y mi boca se va
humedeciendo de nueva saliva hambrienta de ti.
De repente, el
tráfico de mis caricias se detiene en tu piel para sentir tu tacto,
para notar cada
latido acelerado de tu pecho,
para vivir cada
respiración tuya y hacerla mía con un beso
en el que mi lengua
se pierde en tu boca en busca de tu lengua,
y se encuentran
danzando estremecidas al experimentar
la suave fragilidad
del tacto en el interior de otra boca.
Quiero amarte al filo
de esta locura de amarte tanto.
Necesito saborear
cada dosis de ti concentrada
en cada gesto voluntario que tu deseo entrega
a mi perversión,
Necesito saber que
puedes ser mía mientras me lees
de la misma forma que
yo soy tuyo mientras te escribo
para que adviertas la
presencia de este alfarero de caricias en tu piel,
de este indomable
pendenciero de fantasías inagotables con tu cuerpo
en las que mi
lascivia azota nuestra lujuria.
Quiero descubrir cada
rincón de tu cuerpo desnudo,
adentrarme en cada
uno de tus laberintos erógenos
y perderme allí el mayor tiempo posible que tu
sensibilidad permita.
Quiero sentir cada
uno de tus breves y momentáneos periodos
de asfixia
que me regalas con
cada orgasmo...
Te deseo tanto
amor...
Lo suficiente para
cometer la cuerda locura
de hacerte el amor
con los sentidos a través de estas líneas
que mi corazón
escribe, mi cabeza sueña, y mi anhelo te envía,
porque sólo tú, eres
el caprichoso capricho de mis caprichos,
el antojo de mi
instinto, la ambición de mi codicia y las caricias de mi tacto.
Autor: José Sánchez Llamas.
el tráfico de mis caricias se detiene en tu piel para sentir tu tacto
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