VACÍO ROBINSON
Cada vez que me
llamas muero en el nido de tus labios
sediento de besos con
dieciséis mil azucenas sobre los pies,
y el aroma de tu piel
enmarcado en la mía.
Vivo resucitando y
muero viviendo en cada uno de tus suspiros
cuando me recuerdas,
callas y sueñas,
con la mirada puesta
en la rosa de una prosa sincera,
y llena de un corazón
que te grita callado lo mucho que te extraña
cuando dejo que el
silencio de mis ojos hable por mí.
En el sepulcro de mi
cuerpo yacen los restos de mi último naufragio
con una isla vacía y
sin Robinson que sobreviva
a la eterna espera de
amarte, mientras, tú, te pones y te ocultas
cada día,
convirtiéndote en el sol de mi horizonte
con un despertar tan
bello como la despedida.
Autor: José Sánchez Llamas.
En el sepulcro de mi cuerpo yacen los restos de mi último naufragio
ResponderEliminarcon una isla vacía y sin Robinson que sobreviva
a la eterna espera de amarte, mientras, tú, te pones y te ocultas
cada día, convirtiéndote en el sol de mi horizonte
con un despertar tan bello como la despedida.