PASEOS NOCTURNOS
Siempre me atrajo
pasear de noche,
poder ver ese brillo
de luz macilenta
de las farolas
reflejado en los adoquines.
Mientras paseaba
lancé un beso al viento,
y en mi certero
disparo llegué al corazón
de la luna para
robarle su magia...
esa sensación que
provoca en las personas,
y las hace sentirse atraídas
bajo su diabólico hechizo.
Así, logré arrebatar
el brillo a la luna con una cruel
caricia
invisible... con un
beso.
Ahora que se
extinguió la luz de la luna
ya no hay brillo
comparable al de tus ojos
bajo este cielo estrellado, y para mí,
el poder verlos es la razón de mis
paseos nocturnos,
y mi mayor recompensa.
y mi mayor recompensa.
Autor: José Sánchez Llamas.
Un simple paseo sirve para darle un motivo de alegría a un día.
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