KAMIKAZE
Ahora que pasó la
rebeldía insolente de mis años inocentes
extraño aquella
juventud...
cuando el tiempo era
sólo tiempo... algo que perder.
Cuando salía a buscar
a aquella chica de los ojos de gata,
y me perdía en sus dos
mares de mirada penetrante.
Cuando era un
kamikaze más que deseaba morir ahogado
frente a esos ojos
cada día y cada noche...
En la quietud de su
regazo reposaba mi cabeza
mientras ella me
hablaba de un futuro que nunca tuvimos,
y durante ese tiempo
ahora, y no antes, sé que fui feliz.
Recuerdo cuando
aprendí a besar sus labios...
cuando me perdía en
sus besos y mi boca extrañaba
aquel rincón convexo e inconexo de su boca.
Aquellos labios fueron mi
primer beso,
y aún hoy, y sin que
ella lo sepa,
he de admitir que...
sigo echándola de
menos.
Siempre se recuerda con cariño el primer amor de juventud.
ResponderEliminar