EN LOS BRAZOS DE MORFEO
Me pierdo entre tus
besos y me acuno meciéndome
en tus placenteros brazos,
sintiendo ese abrazo
del alma que calma mis sentidos,
comienzo a cerrar los
ojos y relajarme
al compás de esa
canción de cuna que son tus suspiros.
Escuchando tu respiración
voy dejándome caer
en los brazos del
inmortal Morfeo,
y abrazado a tu
cintura voy sintiendo como tu cuerpo se relaja
para adentrarse antes
que yo en el mundo de los sueños.
Así nos convertimos
cada noche en víctimas inocentes
de los deseos de un Dios
de una extinta religión.
Pero sin embargo, no
dejamos de sucumbir
cada día a su
voluntad, y cuando nos resistimos
a su influjo
terminamos convirtiéndonos
en figuras vencidas
por el cansancio de vivir
tanto tiempo sin
pausa.
Y así, es como una
noche tras otra sucumbo a su voluntad
engañado con tu
recuerdo, y me convierto en una marioneta más
de un Dios olvidado.
Autor: José Sánchez Llamas.
Y así, es como una noche tras otra sucumbo a su voluntad engañado con tu recuerdo, y me convierto en una marioneta más de un Dios olvidado.
ResponderEliminar