EL TRÉMULO CRIMEN DE TU CAMINAR
He contemplado como
se desnudan las rosas en plena primavera
arrojando sus pétalos
a tus pies descalzos,
para que camines
sobre sus ropajes de invierno
y sientas el aroma
que se desprende al posarte sobre ellas
en el trémulo crimen
de tu caminar,
porque al aplastar
sus vestiduras te impregnas de su sangre,
te impregnas de su
néctar...
te apoderas de esa
magia que llega hasta mí
y me hace recordarte
cada tarde,
me hace salir a
buscarte y gritar tu nombre
para que mis palabras
se queden flotando en las nubes
que no son más que islas
en un inmenso mar que se llama cielo,
porque las palabras
están hechas de aire...
el mismo aire que
acaricia y juega con tu pelo,
que se enreda entre
tus dedos y se queda a tu lado callado
porque es mudo...
He soñado tanto
contigo sin saber hasta ahora cómo era tu rostro...
Te he amado tanto sin
conocerte hasta ahora...
Eres aquella que aparece en el canto de los gorriones
en su alegre trinar
reconozco tu nombre desde mi locura.
Eso al menos es lo
que traduce mi corazón cuando te extraña,
cuando quiere alargar
sus brazos para sentirte
y estrecharte contra
mi pecho,
para que mi mirada
sea el lenguaje de mis sentidos,
la palabra de mis
sentimientos...
el verso de mi boca,
y la poesía de mi
amor.
Autor: José Sánchez Llamas.
El título del poema lo elegí porque no hay que sentir vergüenza ni timidez de mostrar lo bonita y francamente hermosa que puede llegar a ser una mujer segura de sí misma. Por eso el resto de elementos que existen a su alrededor quedan eclipsados y maravillados ante la belleza natural de una mujer.
ResponderEliminartrémulo, la.
(Del lat. tremŭlus).
1. adj. Que tiembla.
2. adj. Dicho de una cosa: Que tiene un movimiento o agitación semejante al temblor; como la luz de una vela.