OBJETIVO: TU CORAZÓN
A veces, uno se
pregunta si son los pies
los que dejan atrás a
las huellas,
o si por el
contrario, son las huellas
las que ven alejarse
a los pasos silenciosos.
Y yo reflexiono sobre
si he dejado atrás recuerdos
o si los recuerdos me
han dejado atrás a mí.
También pienso sobre
las caricias y los besos que abandoné,
o si tal vez, fueron
ellos los que me abandonaron....
y reflexionando y
pensando llego a la única conclusión evidente:
No quiero dejarte
atrás, ni quedarme apartado de tu vida.
Hoy no quiero que me
veas como todos los días,
hoy estoy aquí para
ser un temerario suicida de amor,
un kamikaze que sólo
busca estrellarse contra tu corazón
y morir abrasado por
las llamas de tu amor...
y convertirme en un mártir
de tu vida
sin pensar en que
habrá jamás una despedida.
La vida me enseña que
no hay arco iris más bello
que el arco iris
inverso de tu sonrisa...
que no hay mar más en
calma que el de tu mirada,
que tu suave aroma es
cálida brisa,
y que sin ti no valgo
nada.
Ahora que abro mi
pecho para acallar a mis labios
y ponerle voz a mi
corazón dejaré en tu almohada
un beso para que vele
tus sueños, y te proteja de tus miedos,
porque a tu lado soy
valiente y no temo a nada,
porque he descubierto
que llevo esperándote toda mi vida
sin saberlo...
Porque ahora sé que tu
corazón es la cruzada del mío,
que soy el templario
que protege los caminos
que han de recorrer
mis pasos hasta llegar a tu pecho
para derribar sus
fortalezas y murallas
hasta adentrarme en ti
y conquistar tu corazón.
Y cuando lo consiga no romperé mi espada
porque te prometo
luchar y dar mi vida por mantenerlo.
Hoy bajaría todas las
estrellas del universo
para acompañar estas
letras, pero no lo haré,
porque el brillo de
tus ojos las eclipsaría a todas juntas.
También podría
regalarte flores bonitas, pero no lo haré,
porque tú eres la
flor más bella de mi universo.
Quizás el mejor
compañero de estas palabras serían unos bombones,
pero tampoco te los
ofreceré, porque tú eres lo más dulce jamás creado.
Por eso te entrego
esta carta, sin más compañía que la de las letras
que la componen, y
sin más remitente que este loco enamorado
al que cada vez estás
volviendo más y más loco.
Autor: José Sánchez Llamas.