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miércoles, 23 de noviembre de 2022

SOMOS FRUTO DE LA CONSECUENCIA

SOMOS FRUTO DE LA CONSECUENCIA

Nuestro cuerpo es un contenedor que vamos llenado de ciclos. Etapas que nos han llevado ser la persona que somos. Por fuera, dicho recipiente acusa las inclemencias de la edad y la salud. Salud que también debemos cuidar en el interior (hablo a nivel mental) y dentro del habitáculo del alma tenemos varios archivadores de momentos que capturamos para amenizar instantes de soledad. Pero cuando hablo de soledad, he decir que, hay lapsos en los que una persona se puede sentir sola, aunque esté rodeada de gente, pero son momentos en los que nos gusta rememorar algo bonito que rescatamos de este viaje, pero, a menudo, se abre el cajón equivocado y evocamos un dolor del que intentamos aprender para ser más fuertes y valientes… aunque terminemos siendo el mismo cobarde, intentamos luchar contra la existencia a base de pura resiliencia. También, ese interior puede estar lleno de grietas que no se ven por fuera, pero son cicatrices de cada golpe que nos da el destino.

Al final, he comprendido que, somos fruto de la consecuencia. Derivamos de una concatenación decisiones que vamos tomado en ese lento suspirar de tiempo que es la vida y, por esa razón, nuestro presente es el resultado de nuestro pasado. Somos el envase de la bondad maliciosa con el que la bendita locura de vivir siembra el mundo de nuestras acciones para que quien viene tras nosotros recoja esa cosecha, desastrosa o beneficiosa, el resultado del mundo que queremos dejar a los demás no es más que una suma de pequeñas acciones que pueden desencadenar ese efecto mariposa que lo cambie todo.




Autor: José Sánchez Llamas.

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