Y NOS DEJAMOS LLEVAR...
Se cosieron sus
caricias a mi piel,
se impregnaron mis
labios de su saliva
como la invisible
tinta que cifra y encripta
el recuento
apasionado de nuestro amor.
Quedaron huérfanos
los recuerdos,
desatamos de sus
ligaduras al deseo más tórrido,
febril e inquieto en aquellos
juegos de manos
en los que la única
magia que existía
era la de sentirnos
en el fragor de nuestro instinto,
y nos dejamos
llevar...
y nos dejamos llevar...
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