IMPERFECTAMENTE PERFECTOS
Siempre esperé una
sonrisa, un gesto,
un momento para una
disculpa mutua
por todo el daño que
nos hicimos.
Siempre esperé una
mirada, una palabra,
un saludo que
sirviera de escusa
para hablar de nuevo,
para no ser tan extraños
en un mundo tan
conocido.
Tal vez, seamos tan
orgullosos que ninguno
nos atrevemos a dar
ese paso,
a decirnos realmente
lo que sentimos,
a confesar qué nos
pasó...
Preferimos una muerte
lenta y agonizante
apretando los dientes
a reconocer
nuestra parte más
humana...
aquella que nos hacía
imperfectamente perfectos
en cada discusión por
el motivo más absurdo,
aquella que nos hacía
arrepentirnos, al rato,
y sellar las paces
con un beso y una promesa
que nunca cumplimos.
Autor: José Sánchez Llamas.
Tal vez, seamos tan orgullosos que ninguno
ResponderEliminarnos atrevemos a dar ese paso,
a decirnos realmente lo que sentimos,
a confesar qué nos pasó...