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domingo, 9 de febrero de 2014

EL ALIENTO DE ESTA DESPEDIDA

EL ALIENTO DE ESTA DESPEDIDA

Acoge mis últimas palabras el aliento de esta despedida,
tras ellas sólo quedará silencio...
Un infinito vacío que llenar de pensamientos y recuerdos
abatidos por la desesperación de no recordar el sonido de mi voz,
el acento de mis palabras o mi mala pronunciación.
Recordarás mis suspiros acariciando tu piel
en las noches de invierno mientras abrigaban
mis brazos tu cuerpo desnudo...
Mientras dormíamos tranquilos esperando un mañana,
y ese mañana, poco a poco, se iba marchitando
y convirtiendo en ayer.
Pasarán las estaciones, los años y con ellos se irá agotando
nuestro tiempo sin saber si aprovechamos nuestros momentos
de vida o si ésta fue plena.
Pasarán más hombres por tu vida, y yo me convertiré en un amante
más al que hay que olvidar, seré una página en blanco más
en tu diario, seré otra despedida más tan lejana como
un horizonte infinito y perdido.
Te olvidarás del calor de mi piel, de tu reflejo en mis ojos,
de cómo mis labios acariciaban los tuyos abrazándolos
en cada beso...
ya no recordarás como palpitaba mi corazón al verte,
ni como se entrecortaba mi respiración cuando estabas frente a mí,
Olvidarás todos los besos que no te di, los abrazos que no te ofrecí,
las caricias que se anegaron bajo la piel de mis manos y nunca
llegaron a tu piel...
Olvidarás mis ganas de ti, nuestro ni contigo ni sin ti,
ese amor-odio cuya guerra la ha ido ganando poco a poco el odio,
dejando ahora sólo razones para no recordarme,
razones para convertirme en un grano de arena más
en cualquier desierto, dejándome morir lentamente
de olvido mientras mis manos  redactan
esta cruel despedida. 


Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. Olvidarás mis ganas de ti, nuestro ni contigo ni sin ti,
    ese amor-odio cuya guerra la ha ido ganando poco a poco el odio,
    dejando ahora sólo razones para no recordarme,
    razones para convertirme en un grano de arena más
    en cualquier desierto, dejándome morir lentamente
    de olvido mientras mis manos redactan
    esta cruel despedida.

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