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martes, 3 de enero de 2023

DIARIO DE MELANCOLÍA

 

DIARIO DE MELANCOLÍA

Muchas veces me odio, por abandonarme al abandono, oscuro y frío, de renunciar al amor, de dejarme llevar por la deriva de las horas y la cotidianidad de sus días llenos de rutinarias semanas, meses aburridos y años que se van perdiendo abandonando la esperanza de encontrar a alguien por quien entregarme a la dulce locura con la que se avivan sueños felices. Hace años que renuncié de forma voluntaria a dicha felicidad, sin más, comencé una relación abrazando a la tristeza y siendo novio de una soledad de tantas que me entregó momentos para renegar de aquello en lo que me estaba convirtiendo en algunas ocasiones, pero en otras me ayudó a conocer aquello que realmente era, haciendo más visibles todos mis defectos y virtudes.

Admito, ser preso de una voraz bohemia que lucha contra el mundo establecido y mi presente realidad, sobre la que naufragan sueños abocados a encallar en arrecifes de fracaso, pero sin terminar varados en una playa de frustración, pues solo me mantiene en pie esa capacidad de resiliencia que da la vida, esas ganas de luchar por todo en lo que creo y a lo que me entrego hasta sus ultimas consecuencias.

Quizás, escribir sea esa liberación emocional de una parte que guardo y protejo de mí mismo, de todos esos acantilados de locura transitoria en donde termino extrañando a la persona que solía ser antes de dejar de reconocer al tipo del espejo que me observa cada mañana. tal vez, escribir sea mi lado más egoísta, porque no escribo para ti, que estas leyendo esto sino para acallar todas esas voces que susurran ideas, palabras o, simplemente, enunciados de un verso para intentar descifrar un desarrollo y un final del mismo.

No escondo aquello que ahora mismo soy, no me avergüenza mostrarte esta parte de mí, porque estoy convencido de que. tú, te habrás sentido así infinidad de veces y sabes cuanto logro entenderte aunque no hayamos hablado jamás, pero ambos somos hermanos de armas en esta guerra de la existencia y la vida nos ha golpeado hasta tumbarnos a la lona muchas veces, pero seguimos, aquí, resistiendo asalto tras asalto con la guardia alta y esperando la oportunidad de devolver cada golpe, porque creo que ese es el sentido de la vida, vivimos para luchar a lo largo de ella por infinidad de cosas (estudios, trabajo, amor, sueños, superar adversidades, etc.) y en ese desafío de aguantar los caprichos del destino vamos forjando nuestro carácter, aprendiendo de nuestros errores a base de equivocarnos miles de veces… ésta es la vida que te ha tocado vivir y sólo tú decides cómo hacerlo, posees esa capacidad de tomar decisiones para cambiar el rumbo de cada situación evitable, porque sobre las inevitables nadie puede actuar.

Aunque ahora solo sea una deriva más en la tempestad de esta marea sé que puedo combatir contra su oleaje, mi piel puede resistir la lluvia, mi mente puede darme el coraje, mi corazón ofrecerme la fe, mis ojos la capacidad de ver más allá de todo lo malo que esté sucediendo, mi voz ayuda a desafiar al viento, mis piernas me permiten avanzar, mis manos son el arma que utilizo para detallar el relato de las musas, y este alma encontrada en un mundo perdido es la esperanza que me ayuda a creer en mí.


Autor: José Sánchez Llamas.

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