NUESTROS ERRORES
Nuestro principal
error fue conocernos
como dos desconocidos
que funcionan
como amantes
sistemáticos de una noche.
Nos equivocamos al
repetir y dejar fluir
aquella pasión que destilaba
cada una
de nuestras caricias e impregnaba el tacto
para evocarnos con
melancolía.
Comenzamos a recordarnos,
y a intentar
olvidarnos, como dos conocidos
que juegan a
desconocerse para alejarnos,
pero desconocíamos
cuanto habían llegado
a conocerse nuestros
cuerpos
para llegar a
extrañarnos tanto.
Autor: José Sánchez Llamas.
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