CONCURRIDAS AVENIDAS
Te alejas, como la
delicada sombra de una fantasía
al desvestir la noche
de su frío velo,
y desemboco en
concurridas avenidas sedientas de ti,
del tráfico de tus
manos en mi piel, de la tormenta
desbocada de aquella
sonrisa que volaba libre
al vernos.
Ahora, sólo maldigo
los días en los que tropiezo
con recuerdos que
intentan retenerte en mí,
como una triste
cárcel de emociones contenidas
cuyos barrotes son
una ventana ajada
tras la que puedes hallar
al hombre
que sólo solía ser
contigo.
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