MORIBUNDO ENAMORADO
Jamás el tiempo pudo
domar
el instinto que
recorría
la fiebre de aquellos
pasos
que me llevaban a ti.
Sólo fui una colérica
victima apasionada,
que cegado por el sol
de tus ojos
perdió sus alas, y se
estrelló en tu vida
para, una vez en
ella, morir por ti.
De ti, y sólo de ti, mueren
mis días
apresados en la cárcel
de tu ausencia,
colgados de un triste
calendario mudo,
ajusticiados por los
minutos
y sentenciados por
las horas.
Por ti, y sólo por ti…
me arranco la voz de
los labios
para brindarte mi
talento en un verso
que puedas tatuar en
tu memoria
para recordar a este moribundo
enamorado.
Autor: José Sánchez Llamas.
Jamás el tiempo pudo domar
ResponderEliminarel instinto que recorría
la fiebre de aquellos pasos
que me llevaban a ti.