VERDADERAMENTE VERDADERO
Nací cuando, a penas,
me despedía de mis treinta y cuatro...
Fue, entonces, cuando
pude abrir realmente los ojos
para comprender que
te habías convertido
en la cotidiana vista
alegre de mis días,
en la dueña de mis sonrisas
y silencios.
Sé que nunca podrán
estas letras describir
lo que provocas en mí,
ese sentimiento albergado
en el regazo de un
suspiro inesperado que provoca
tu nombre cada vez
que lo escucho entre el silencio,
y aquellas risas que
tanto resuenan en mi mente
renovando cada uno de
tus recuerdos.
Todavía, galopa tu
risa fresca por mi mente
como alegre rocío de
mayo entre las flores
de este amor inmortal en su
fase de primavera.
Por ti, deshojo las
espinas de cada rosa
para ofrecerte los
mejores pétalos de esta nueva vida
de la que jamás supe
de su existencia hasta llegar a conocerte,
y dejar que me
conozcas tan pronto, sin disfraz ni careta,
en ese breve tiempo
de aquellos que al conocerse sienten
que se reencontraron como
dos almas
buscando su sitio en
el mundo
de un amor
verdaderamente verdadero.
Autor: José Sánchez Llamas.
Nací cuando, a penas, me despedía de mis treinta y cuatro...
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