EL LADO BUENO DE MIS COSAS
Al amarnos
parapetamos nuestros cuerpos contra el mundo,
y dejamos que
nuestras almas se sientan
desde la frontera de
carne, piel y huesos que las separa.
A veces, pienso que
ella es un ángel
que abandonó sus alas
para estar conmigo,
aunque no lo merezca,
y fue capaz de renunciar
a una vida en el
cielo por un consuelo con desvelo en la tierra.
Pero, la inmortalidad
de su belleza sigue viva en su rostro,
sembrando sonrisas en
un mundo cada vez más complicado.
Tal vez, soy la parte
oscura de su ser
y ella el lado bueno
de mis cosas,
y juntos somos el
ying y el yang.
Al amarla la siento,
la amo y la odio por amarme,
por elegir mi causa
como bandera de nuestra lucha,
por sacrificarse y
ser ese mártir al que es imposible no seguir
en un vuelo kamikaze
hacia lo desconocido de un futuro incierto
por el que presentar
una batalla diaria contra la monotonía
de los besos y los
actos, y en eso siempre gana ella,
porque ella lo llena
todo con un simple gesto,
y si tuve un mal día,
la veo sonreír
y consigue que me
olvide de todo
menos de amarla sin
mesura, censura
y con toda mi locura.
Al amarnos parapetamos nuestros cuerpos contra el mundo,
ResponderEliminary dejamos que nuestras almas se sientan
desde la frontera de carne, piel y huesos que las separa.