FIDELIDAD LECTORA
A ti, que te conocí
escribiendo
entre una idea y un
pensamiento,
y después de estos
años sigues aquí, como el primer día
que nos descubrimos
desde la cercana lejanía de una publicación
en la que están
marcadas las infranqueables distancias
entre autor y lector
o lectora, pero, sin embargo, me sientes cerca
aunque esté lejos o
aunque, simplemente, no esté,
ni siga pensando lo
mismo que estás leyendo.
Tal vez, este sea mi
último acto porque ya no me quedan trucos,
quizás se baje el
telón un tiempo por falta de ideas,
posiblemente cerremos
por vacaciones de las musas,
a fin de cuentas
siempre deciden ellas...
Pero sigo sin
olvidarme de ti,
que te conozco sin
conocerte, sé de la forma y la intención
con la que me buscas
intentando desconectar de tu rutina,
unas veces en
silencio y otras acompañada de música
para que sea el coro
de las palabras que nunca me oirás pronunciar
aunque las leas
mientras imaginas el tono cercano y cálido de mi voz,
tal vez hasta el timbre
y el acento y, quizás ya, de forma automática
te suene a mí todo lo
que lees de este autor lejano que pone sello
a los breves sueños
de tu fantasía,
porque sé que siempre
acudes a nuestra cita, sin hora ni fecha,
en la que nos
encontramos sin vernos y coincidimos
retomando la ausencia
que el otro deja.
Hoy, es de esos días
en los que escribo pensando en ti,
porque para mí eres
importante y das sentido a mi afición,
tan maldita como
adorada, tan frustrada como reconfortante,
sólo si llego a ti
este trabajo habrá merecido la pena,
no necesito multitudes
porque el universo es infinito
y las estrellas son
incontables...
Me conformo con la
luna, a la que aúllo mi silencio
con la voz de la
escritura y la razón de un pensamiento
sinceramente
mentiroso y canalla con el que poder jugar
y fabricar travesuras
confesables.
Por eso, tú, eres esa
luna, esa razón para seguir
escribiendo cuando
hayan cosas que contar y cuando no,
sencillamente del
mismo modo que hago hoy.
Autor: José Sánchez Llamas.
Me conformo con la luna, a la que aúllo mi silencio
ResponderEliminarcon la voz de la escritura y la razón de un pensamiento
sinceramente mentiroso y canalla con el que poder jugar
y fabricar travesuras confesables.