EL DOLOR DE AQUELLOS BESOS
La besé sin
preguntarme cuánto dolor
me costaría luego el
recuerdo
de aquellos besos,
sin pensar en la
tortura de su tacto perpetuo
acariciando mi piel
con la suavidad dócil
de su entrega
lisonjera.
Y en aquel
sufrimiento deleitante
pude sentir el cálido
aliento de su voz
nombrándome de nuevo,
la pude ver como la
veían antes mis ojos,
su cuerpo era una
maravilla ambulante
que desfilaba por las
calles
mostrando la arquitectura
perfecta de su tez,
su mirada fue aquel
faro que guió
mi barco a su orilla
en medio de mi tempestad,
tan temperamental
como pendenciera,
y al silencio de sus
ojos
escribió mi mirada
una carta sin papel ni palabras
que hizo a sus labios
besarme
sin saber cuánto daño
me harían luego
aquellos besos que
tatuaron mis labios
con los suyos dejando
una marca,
tan invisible como
indeleble,
que nadie más podrá
borrar.
Autor: José Sánchez Llamas.
al silencio de sus ojos
ResponderEliminarescribió mi mirada una carta sin papel ni palabras
que hizo a sus labios besarme