ÚLTIMA ESPERANZA
Sus manos eran la última
esperanza de mi alma
para volver a sentir
el amor en una caricia
sobre esta frontera
de piel, y juro que, desde
los huesos de esta trinchera
donde el corazón
resiste, latido a
latido, volví a proteger
ese sentimiento en
vano, mientras era abatido
por la pasión a la
que rendí mis armas
para entregarme a
ella.
Autor: José Sánchez Llamas.
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