EDIFICANTEMENTE ESTREMECEDORA
Su presencia llega a
ser edificantemente estremecedora,
paralizando el mundo
ante la soberbia belleza subliminal
que acumula en un
cuerpo de arquitectura perfecta,
un obituario de caricias
abandonadas en su piel
por el tacto de todos
aquellos que la amaron
y perecieron en el
intento de conquistarla,
de ser algo más que
una traviesa aventura efímera.
Ella es la mezcla
perfecta de locura y tregua,
el escándalo más
silencioso que suena a arrebato
en los corazones de
los hombres,
porque ella es, así,
perfectamente imperfecta,
irresistiblemente
irresistible para todos aquellos
que la conocemos y la
soñamos apasionadamente
en un oasis infinito
de quimeras.
Autor: José Sánchez Llamas.
Su presencia llega a ser edificantemente estremecedora
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