EL CRISTAL DE LAS TARDES GRISES
La fugacidad de sus
besos
dejaron paso a un
otoño que se me escapa,
los vientos de aquel
invierno
trajeron las lluvias
que fueron debilitando
sus contados abrazos,
mientras mirábamos el
cristal
de las tardes grises,
donde hoy recuesto mi cabeza
con la mirada puesta
en su soledad
imaginando que no
existe,
soñando que aún sigue
conmigo,
abrazada a mi espalda,
contemplando juntos...
el cristal de las
tardes grises.
Autor: José Sánchez Llamas.
La fugacidad de sus besos
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los vientos de aquel invierno
trajeron las lluvias que fueron debilitando
sus contados abrazos